Me quedé en el paro y para ocupar el tiempo me apunté a un curso inútil que trataba sobre cómo ayudar al prójimo. Decidí tomarme eso de ayudar al prójimo a mi manera: chupándosela a mi vecino y dejando que me diera por el culo. Si es que, al final tenían razón en la oficina del INEM cuando dijeron que me iban a dar porculo.