En cuanto dan las diez, cojo el ordenador y me pongo a chatear. Fue mi amiga Carmen la que me habló por primera vez del cybersexo, me dijo que era una forma muy divertida y segura de mantener sexo, hasta que decidí probarlo por mí misma a escondidas de mi marido. Desde entonces, estoy totalmente enganchada, chateo cada noche y tengo unos orgasmos descomunales.