Siempre he tenido la ilusión de llegar a ser modelo, y la oportunidad me llegó cuando un fotógrafo, aunque de dudosa reputación, eso sí, visitó mi pequeña ciudad. Ni que decir tiene que yo estaba dispuesta a cualquier cosa para hacer realidad mi sueño, siendo consciente de que, como es bien sabido por todos, para ser modelo hay que mamar.